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martes, 4 de septiembre de 2018

The Seikongen Connection: Protección militar, dinero público y corrupción en el vertido de salmones tóxicos en Chile

El barco “Seikongen”, cargado con basura salmonera, se ha convertido en una versión neoliberal del “Caleuche”, barco fantasma de la mitología Chilota, condenado a vagar por los mares del sur de Chile con su cargamento de muerte y sin ningún puerto que lo reciba.
Seis comunas costeras entre las regiones de Los Lagos y Bío Bío han interpuesto recursos de protección para impedir su arribo. El Seikongen transporta una carga de 100 toneladas de lo que fueron salmones que se iban a exportar a Estados Unidos, Europa, Japón, Brasil o Argentina, pero que finalmente ahora son una masa tóxica, una basura química que ninguna ciudad puerto quiere recibir.
Los alcaldes de Puerto Montt, Calbuco, Ancud, Talcahuano y Paillaco, han rechazado al barco salmonero y a su carga de salmones muertos.
El Seikongen se hundió frente a la costas de Chonchi, en Chiloé central, en octubre de 2017 mientras transportaba salmones de la compañía Camanchaca, para ser fileteados y exportados desde Puerto Montt a los mercados internacionales.
Luego de 9 meses, en Julio de 2018, fue reflotado y las empresas involucradas, junto a la Armada, anunciaron que el barco de basura salmonera recalaría en Talcahuano. Sin embargo, todo se complicó…

Región de Los Lagos: El vertedero de residuos tóxicos de la industria salmonera

Las operaciones de reflotamiento del Seikongen, las faenas de sacar la basura tóxica de su interior, y luego su traslado a algún puerto para su reparación es un caso en que han estado involucradas diversas empresas, la armada y funcionarios de gobierno. La Empresa CTP Marítima S.A., –dueña de esta embarcación-, la transnacional holandesa Ardent, contratada para reflotar la nave, y la compañía Camanchaca, dueña de los salmones, están en el lado empresarial. Y todas intentan, otra vez, transferir al Estado de Chile y al medio ambiente regional los costos financieros y ambientales de este nuevo desastre sanitario-ambiental.
Para ello, están implementando el mismo modus operandi del anterior vertido de casi 9.000 toneladas de mortalidad de salmones descompuestos en las aguas adyacentes a Chiloé, que se efectuó con una masiva oposición ciudadana en Mayo del 2016, cuando se generaron las masivas protestas en Chiloé.

La responsabilidad del Estado en la destrucción del mar de Chiloé

Durante más 10 meses la carga tóxica en las bodegas del Seikongen permaneció hundida en la bahía de Pilpilehue, comuna de Chonchi, sin que las autoridades de pesca, salud y medio ambiente, se alarmaran o tomaran cartas en el asunto. Así, han privilegiado los intereses corporativos, mientras las empresas responsables se desligaban de toda responsabilidad.
Según las normas del Sernapesca, las 200 toneladas de salmones que transportaba el barco siniestrado, debieron comenzar a ser retirados en 48 horas. Sin embargo, éstos han permanecidos descomponiéndose dentro del well-boat por casi un año, sin que exista investigación alguna sobre las responsabilidades por éste no cumplimiento de la normativa vigente y los plazos legales.

La Armada de Chile: ¿Guardián de nuestro mar o de los intereses salmoneros?

Es llamativo que la Armada de Chile continúe manteniendo en secreto los planes para el traslado y descarga final de los desechos salmoneros tóxicos. Tanto es así, que el Sernapesca señaló haberse enterado a última hora de las maniobras de traslado desde Chiloé a Puerto Montt, mientras la Secretaría regional de salud del Bio-Bio afirmó que no registraba permiso alguno en la eventualidad que el well-boat intentara atracar en el puerto de Talcahuano, y el vertimiento de su carga orgánica contaminante.
Mientras el Seikongen navegaba entre la bahía de Quetalmahue, en Ancud, hasta Puerto Montt, con una protección dada por la patrullera “SG Chiloé”, la Armada de Chile entregó un sui generis comunicado en el cual repite el mantra de que “la nave no reviste peligrosidad hacia el medio ambiente y las personas”.
De paso, advierte, que “se hace presente a la comunidad que la autoridad marítima mantendrá una constante vigilancia y control durante la permanencia de la nave en el punto de fondeo asignado al sur de la Isla Tenglo, mientras la empresa evalúa las alternativas para la descarga y disposición final de los residuos que se encuentran a bordo (sic)”

Seikongen: Resultado del desregulado negocio de los well-boats salmoneros en Chile

Evidenciando las deficientes condiciones de seguridad en las que se desarrolla el billonario negocio del transporte marino de la industria salmonera, en los últimos cinco años se han hundido en las costas de Chiloé, Aysén y Magallanes tres mega well boats (“Seikongen”, “Amadeo” y “Orca.-Yagan”), junto a la barcaza “Valentina”, quienes transportaban toneladas de salmones, petróleo y pellets para alimentar peces.
También existe un grave problema de concentración económica que impide la libre competencia en aguas australes, situación evidenciada en la medida prejudicial interpuesta por la naviera Solvtrans Chile contra la asociación gremial Armasur, que fue acogida por el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia.   
Esto anticipa que los problemas se agudizarán, ya que compañías trasnacionales como Johnson Marine están invirtiendo en nuevos y mas grandes well-boats para expandir sus operaciones en Chile, al igual que la compañía Grip Ship, la que actualmente opera dos well-boat en Puerto Montt, dando servicios a las transnacionales salmoneras Cermaq/ Mitsubishi (Japón) y Marine Harvest (Noruega).

Seikongen : Un caso que el parlamento debe investigar

Antes de zarpar el Seikongen hacia Chile proveniente de un astillero en Hong Kong, República Popular China, presentaba deficiencias en aspectos de navegación, eléctricos y de las puertas contra el fuego.
A pesar de ésta situación irregular, obtuvo la aprobación de las autoridades marítimas chilenas para navegar con pabellón nacional, arribando el 7 de diciembre del 2016. Una semana después realizó su primer viaje comercial. Sin embargo, debió ser retirado por problemas de en la seguridad, siendo revisado por personal chino en el astillero de Oxxean en Puerto Montt, región de Los Lagos.
En su segundo viaje, transportando salmones por encargo de la empresa Camanchaca, se hundió frente a las costas de Chonchi, Chiloé, desconociéndose hasta el momento las causas y responsabilidades administrativas en esta oscura situación de transporte marítimo. 
Dirigentes pesqueros: Negociando la complicidad y el silencio con el Estado y la industria salmonera
El resistido vertimiento final de los residuos tóxicos del Seikongen se ha transformado en una oportunidad de negocio para algunos dirigentes pesqueros regionales. Según fuentes locales, se habría presionado para que el wellboat fuese enviado desde Ancud hacia Puerto Montt, con el fin de negociar con las empresas involucradas, su arribo y descarga local, sin que existiese oposición social y de los pescadores.
Con ello, se estarían anticipando a un acuerdo similar entre salmoneros y dirigentes pesqueros de la región del Bio Bio, ante la posibilidad que el Seikongen tuviese que descargar en la bahía de Talcahuano.
Lo llamativo de ésta impresentable negociación, es que en el caso de Puerto Montt, la Fundación Chinquihue operaría como “garante sanitario y ambiental” del posible desembarque del cargamento tóxico del Seikongen y su posterior vertimiento e incineración .
Cabe preguntarse, ¿Qué expertise o atribución legal tiene esta fundación privada que opera con fondos públicos para asumir un papel que constitucionalmente le corresponde a los ministerios de salud y medio ambiente?
Más llamativo aún, es el hecho que el directorio de la Fundación Chinquihue, está presidido por el actual Intendente de la región de Los Lagos, y cuenta como directores al director regional de Sernapesca, los Seremis de desarrollo social y economía, así como representantes de los mitilicultores y de las tres confederaciones de la pesca artesanal.
La “Seikongen Connection”, después del reciente escape de 900.000 salmones al medio marino y la masiva contaminación con pintura tóxica del río Trainel y lago Huillinco en los últimos dos meses, dejan en evidencia la impunidad y desregulación con que opera la actual fase de expansión salmonera industrial, así como el hecho que el medio ambiente marino-costero, la salud pública y los derechos de las comunidades costeras del sur de Chile, son quienes finalmente asumen los costos del modelo neoliberal exportador chileno.
Frente a la complicidad y corrupción de las autoridades gubernamentales y el empresariado pesquero y acuícola industrial, las organizaciones ciudadanas, movimientos sociales, comunidades costeras e indígenas están llamando a nivel nacional e internacional a boicotear el consumo de salmón químico industrial, de manera de impedir su expansión en las regiones de Ñuble, Bío Bío, Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y en la Patagonia chilena, para impedir que el mar siga siendo utilizado como el vertedero de la industria salmonera de exportación.
Por Juan Carlos Cárdenas N.

Médico Veterinario y Director Ejecutivo de Centro Ecocéanos

viernes, 8 de diciembre de 2017

Proyecto acuícola en Punta Rinconada de Pullay en entredicho

Chile: Tres organismos públicos concordaron que el centro de cultivo de salmón, que se ubicará en la comuna de Cobquecura, debería reingresar al SEA para ser revisado, esta vez, como un Estudio de Impacto Ambiental, ya que el titular habría presentado 10 iniciativas similares ante el SEA.
La Seremi de Medio Ambiente, junto con la Subsecretaría y el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura, fueron categóricos en las observaciones que realizaron al proyecto acuícola que presentó la empresa Inversiones Pelícano ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).
Según informó Crónica de Chillán, la Seremi de Medio Ambiente le sugirió a este servicio que consulte a la Superintendencia de Medio Ambiente si los 11 proyectos corresponden o no a un fraccionamiento de la iniciativa central.
“En relación con lo señalado en este artículo, ésta Secretaría Regional tiene la certeza de que, además del presente proyecto, el titular ha presentado al SEIA otras 10 iniciativas similares en la costa desde Punta Purema hasta Punta Rinconada. Ésta Secretaría sugiere que el SEIA consulte a la Superintendencia de Medio Ambiente si los 11 proyectos de cultivos de recursos hidrobiológicos, corresponden o no a un fraccionamiento de proyectos y por tanto, si deben ser evaluados o no como un solo proyecto”, observó el informe enviado desde la Seremi de Medio Ambiente.
Sumada a esta indicación, el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) adjuntó estudios donde se advierten los efectos que provoca la interacción entre el lobo marino y los centros de cultivo.
“Para consumir salmones desde las balsas-jaulas, el lobo marino empuja la red lobera para atraparlos. Ocasionalmente, estos animales son capaces de romper las redes, provocando la liberación de parte o la totalidad de los salmones de una balsa-jaula, provocando estrés a los peces, riesgos a enfermedades y riesgos de escapes masivos de ejemplares”, indicó Sernapesca.
Se agrega que la omisión de lo que sucedería al instalar este proyecto acuícola cerca del Monumento Nacional “Santuario de la Naturaleza Islotes Lobería e Iglesia de Piedra de Cobquecura”, complicaría a los lobos marinos, ya que, en el censo de 2014 hechos a estos mamíferos, se aseguró que de las 15 loberías que hay en el Bío Bío, solo la de Cobquecura es reproductiva.
Biodiversidad
Para Subpesca, uno de los tropiezos que tendría este proyecto, dice relación a los efectos adversos que generará sobre la cantidad y calidad de los recursos naturales renovables, incluidos el suelo, agua y aire.
Esto, a raíz de que se encuentra próxima a poblaciones, recursos y áreas protegidas, los cuales son sitios prioritarios que tienen una gran biodiversidad, con especies clasificadas como vulnerables y en peligro crítico.
“Me parecen muy pertinentes las indicaciones que le presentaron las otras entidades y que van en la línea de los que nosotros hicimos, ya que también debimos responder a esta declaración de impacto, con el poco plazo que tuvimos. Lamentablemente no pudimos incorporar muchas observaciones, lo que sin duda nos tiene inquietos”, subrayó el alcalde de Cobquecura, Julio Fuentes.
En tanto, el oficio que hizo llegar la Seremi de Medio Ambiente, firmado por Richard Vargas, detalló que el centro de cultivo traerá consecuencias desfavorables en el sector y sobre la columna de agua, debido a las obras, acciones, emisiones y residuos que ésta genere, ya que afectará a las especies prioritarias que hay en la zona como la ballena franca (en peligro), la ballena Sei y la ballena fin o de aleta (ambas en peligro crítico) y la ballena jorobada (vulnerable).
“Me parecen acertadas las respuestas que se entregaron y esperables, y mantenemos nuestra disconformidad en la forma de cómo se presentó. No hay que cantar victoria, pero es un paso que demuestra que las instituciones dicen que técnicamente no es compatible este proyecto, pero estamos claros que la última respuesta la tiene el comité de ministros, si es que pasa”, dijo Cristóbal Bustos, presidente del Comité de Defensa del Borde Costero.
Las dos indicaciones (ubicación y efectos adversos del proyecto) que omite en su presentación la empresa, se deberán incluir en su adenda, ya que, según la Seremi de Medio Ambiente, no se visualiza el análisis de lo que causaría la operación del proyecto en el fondo marino y en la columna de agua, ya que las fecas de los peces y los residuos de la alimentación al parecer no son considerados dentro del centro de cultivo.
Este último punto conllevaría que algunas especies podrían verse afectadas como el Delfín chileno, ya que, “la evidencia científica asegura que remueve el fondo marino para la obtención de sus presas y es el cetáceo que se avista con mayor frecuencia en el Santuario y sus inmediaciones donde la mayoría de los avistamientos de la especie se realiza en el sector donde se emplazaría el proyecto y su área de influencia”, recalca la indicación.