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sábado, 20 de febrero de 2016

COMUNIDADES OBLIGADAS A DEFENDER SU VISION DE DESARROLLO

Puntos Ñuble
@vigilantecosta #report
Hace un par de meses nos enteramos que se estaban solicitando concesiones marítimas para el desarrollo de cultivos acuícolas a mar abierto en región Biobio costa (Provincia de Ñuble). 
Inicialmente, se habían presentado 8 centros de cultivos a los que se sumaron tres, siendo once en total hasta hoy. Tres, desde Tomé a Coelemu, y los demás (8), desde Trehuaco a Cobquecura. Todos son correlativos y se encuentran en la misma zona marítima en la región del Biobío y, lo que se teme, es que sea la entrada a la zona centro sur del país de este tipo de industria (Regiones Octava y Séptima) a mar abierto de manera experimental.
Ponton

Básicamente, los cultivos propuestos, son similares uno de otro. Cada centro o plataforma flotante, contaría con 14 jaulas cada uno, un pontón (bodega o casa flotante de dos pisos) en una concesión marítima de cerca de 20 hectáreas de superficie donde se criarían salmones; cojinova del norte y macro algas (huiro). Todos estos centros son iguales, exceptuando uno que no tiene peces, cercano a la localidad de Cobquecura y la empresa titular es Inversiones Pelicano S. A.
Se han suscitado, a petición de distintas organizaciones locales, una serie de reuniones de participación ciudadana en Colmuyao, Buchupureo, Cobquecura (2 veces) y Taucu en las que participo el SEA y la empresa estuvo solo en dos ocasiones. Sorprendió que los enviados por el titular del proyecto (GeoGama) no dieran respuesta clara a las consultas y dudas de los  asistentes. Incluso, en una de las reuniones realizadas en el Liceo de Cobquecura, se retiraron del proceso de participación y consulta. 
Fue el SEA en las siguientes reuniones de Cobquecura y Taucu, el que hizo la presentación e intentó, desde su rol, responder las dudas de los asistentes, dando la sensación, tal vez sin quererlo, que el servicio público es el que le termina haciendo el trabajo a la empresa ausente y vecinos son los que van quedando relegados por la autoridad de la ley ya que no es obligación de la empresa participar de estos procesos, quedando todos aún con más interrogantes, sumando la molestia y falta de respeto hacia la comunidad al abandonar proceso. Justo en una etapa lógica y oportuna para entregar información a las comunidades locales; hacia quienes viven y se desarrollan por años en el lugar donde quieren ubicar e imponer su negocio.
Al enviar intermediarios, con profesionales que no estaban preparados, todo se convierte en una burla aparatosa del sistema. La temida desconfianza aflora ya que la ley siempre reúne beneficios directos para aquellos que manejan la información, los nexos y el capital suficiente para seguir amasando fortunas con recursos naturales en bienes nacionales. Las comunidades no existen para estas empresas donde prima el capital y utilidades en el corto plazo, jamás se detienen a pensar en el perjuicio que para los habitantes puede, eventualmente, generar una industria de este tipo en nuestras aguas, ó, cual es la propia visión local de desarrollo. Solo interesa las utilidades y el estado se rinde, olvidando las externalidades de la industria de las cuales nadie después se hace cargo y que asumen o absorben comunidades rumbo al sacrificio si la rentabilidad social (o particular) lo justifica. "Mal pelao el chancho", mi abuela decía. 
La industria del salmón en el sur se ha realizado en “aguas mansas” y ha sido un gran desastre por las consecuencias asociadas, contaminación del fondo marino, fugas masivas; muerte indiscriminada de lobos marinos en busca de su alimento dentro de su hábitat; enfermedades derivadas de desechos, pesticidas, fungicidas, etc. en canales y fiordos. Increíble impacto a beneficio de quién. Y, más encima, se quiere hacer en mar abierto en una zona de gran oleaje y marejadas por primera vez. Todo un experimento, en nuestro mar. En una zona de Santuario y flujo migratorio. Hasta donde queremos llegar, me cuestiono.
Se teme que contaminen, irremediablemente, el fondo marino a través de sus fecas, alimentación, vacunas y/o antibióticos (por ciclo de 21 meses, 30 toneladas de alimento no ingerido y 60 toneladas de fecas se van al fondo marino), afectando los caladeros históricos; la pesquería ancestral; a los pescadores algueros, recolectores de orilla, los deportes náuticos como la pesca de orilla, kayaks, el surf, entre otros; afectando directamente las cualidades turísticas  y la vocación natural de la zona. Un error, lo firmo.
La calidad o estilo de vida ya se ha impactado al sentir una nueva amenaza. Quién se hace cargo de eso. Vecinos han señalado que unas salmoneras a tan corta distancia de la costa podría, incluso, contaminar punteras históricas de toma de agua o predios agrícolas en zonas en donde se ubican humedales ya que, en crecidas o altas mareas, el mar se introduce en las cuencas sirviendo estas zonas húmedas de amortiguamiento natural; como también, de filtración y depuración del agua, la que se podría ver afectada en sus punteras o tomas. Al igual que los predios agrícolas.
PAC - Escuela Buchupureo
Otro tema que es relevante, para evidenciar que existe fraccionamiento y que es solo un proyecto el presentado, es que el titular hace las solicitudes de los permisos ambientalesprácticamente, de manera simultánea a través del Servicio de Evaluación Ambiental del Biobío. Esto, a priori, demuestra la intención de considerarlos como un todo. No obstante, al fraccionarse le permite evitar un Estudio de impacto Ambiental (EIA) y presenta 8, u 11, proyectos diferentes en vez de presentar un solo proyecto. 
Esta posibilidad que otorga la ley le permite a la empresa relativizar su impacto presentando Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA) individuales por cada centro con el mínimo de información que la ley permite, en vez de un Estudio de Impacto ambiental (EIA) entendiendo (por sentido común, por la envergadura del proyecto; tener un mismo espacio físico para su operación, etc.) que es un solo proyecto dado que es inevitable que un centro no se interrelacione con los demás según datos o modelaciones señaladas en la DIA. Eso es solo uno de los aspectos que se ha observado en el proceso junto con muchas otras observaciones ciudadanas que se han podido realizar y que se podrán presentar hasta el 24 de febrero a traves del SEA.
RIO TAUCU - COBQUECURA
Desde nuestra parte hemos participado y apoyado la organización y movimiento ciudadano local Todos Somos Cobquecura. Es importante ayudar a amplificar el movimiento para difundir la problemática, unir a la ciudadanía y evitar la entrada de esta contaminante industria en la costa centro sur de nuestro país. Además, se reitera, que no existen experiencias de este tipo en costas chilenas y siempre se teme que empresa comience a dividir a la comunidad a través de juego sucio, compras de conciencias, promesas, etc. como ha ocurrido en conflictos que amenazan a nuestras comunidades.
Como miembros de la alianza Waterkeeper exigimos que se bajen las intenciones o solicitudes particulares de lucro con el mar de Ñuble. Rechazamos firmemente este tipo de producción en serie donde los peces son estresados por la presencia inevitable de fauna del sector, los lobos se enredan aumentando gravemente su mortandad. Las aves sufren atrapamiento y enmalle. Más aun en zonas cercanas a un Santuario de la Naturaleza y una Lobería mítica e ícono de la zona como destino turístico. Además de los lobos marinos, el sector es reconocido por avistamiento de distintas especies de ballenas en diversas épocas del año, entre otras especies endémicas como la tonina o delfín chileno. La zona amenazada es un corredor natural, flujo migratorio de libre transito de fauna marina y un proyecto de estas características afectaría los ciclos y procesos naturales que somos incapaces aún de comprender.
El beneficio para la zona es cercano a cero. Existirán de 10 a 12 trabajadores por centro y todo se desarrollará vía marítima, aumentando el tránsito y contaminación de agua por embarcaciones de distinto tonelaje hacia Talcahuano o más al sur.
Los impactos asociados a esta industria han sido catastróficos y se teme que los alcances en mar abierto sean incluso más difíciles de cuantificar o medir. Los antibióticos permitidos en Chile están miles de veces por sobre la norma permitida en países como Noruega (ver estudio Terram). A eso, se suma el impacto en el desarrollo económico local donde se desvirtúa la lógica de la preservación y crecimiento sustentable basado en el fortalecimiento del turismo de intereses especiales en donde, precisamente, el valor agregado son las cualidades paisajísticas, gastronómicas, de sustentabilidad, de aguas y aire limpio de la zona. Un patrimonio que debemos velar por preservar para mantener en el tiempo y una oportunidad para diseñar, construir y proyectar sociedades más justas y sostenibles en el tiempo. La lógica actual de mercado nos destruye esa idea otorgando al capital el derecho de imponer su modelo en cualquier lugar porque la ley se lo permite. Esto, además de injusto, nos invita a cuestionarnos muchas cosas y nos obliga a defendernos como simples ciudadanos ante una amenaza fuera de contexto, inesperada, jamás deseada, pero brutalmente real, en donde la autoridad; nuestra política y democracia se ven alejadas de la sensibilidad y mirada desde la comunidad. Esa incapacidad hiriente de muchos de los representantes de ponerse en el lugar del otro, alimenta la desconfianza centralizando aún más el poder. 
Estamos en desacuerdo con la entrada de este tipo de industria a la zona centro sur del país.

Necesitamos que se levante la voz ciudadana, se necesita de toda la ayuda posible para evitar esta aberración que quieren hacer con el mar de Ñuble. Debemos unirnos, para que no se se siga abusando y pasando a llevar a nuestras comunidades con una ley de pesca altamente cuestionada en el parlamento, gobierno, opinión pública y organizaciones no gubernamentales. Ley que incluso será revisada por la FAO para considerar si fue lícita su aprobación o, en su defecto, debiera anularse.
Exigimos rechazar tajantemente este tipo de proyectos altamente invasivos, contaminantes y que no se complementan con la vocación natural de desarrollo y buen vivir que la zona tiene, quiere y se merece. 
Por respeto a las tradiciones locales y los residentes históricosNo queremos cercos en el mar de Ñuble, ni jaulas flotantes, ni desechos de esta industria. Queremos comunidades fuertes y aguas limpias. Que los habitantes de nuestra zona y del mar puedan desarrollarse libremente en su hábitat o contexto y que la depredación no afecte el escaso litoral limpio o saludable que aún queda en el centro sur del país. Exigimos respeto y el derecho a decidir y defender nuestro futuro para que el desarrollo sea beneficioso para nuestras comunidades. No, lo inverso.
Basta de lucrar con nuestros bienes nacionales y contaminar nuestras aguas.
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